martes, 26 de marzo de 2013

REDUCIR LA DEPENDENCIA ENERGÉTICA


La escasez de agua es hoy un problema acuciante en muchas partes del mundo que se verá exacerbado por el cambio climático. La energía eólica utiliza menos agua que cualquier otra tecnología de generación de energía, un motivo más para potenciar su uso.
Mientras que los combustibles fósiles convencionales y las plantas de energía nuclear usan el agua para el enfriamiento y la condensación del vapor que mueve las turbinas, la generación de energía eólica no requiere prácticamente agua. Como resultado, la eólica puede ahorrar más de 2.000 litros de agua por MWh de electricidad producido.
Gracias a los 48 TWh de electricidad que se generaron el año pasado por la fuerza del viento, no fue necesario utilizar agua para enfriar las centrales térmicas que se hubieran utilizado en su lugar. Según el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de EEUU, para generar un kWh de electricidad en una central térmica convencional se necesita extraer 53 litros de agua de un río u otra superficie de agua, de los cuales 1,5 litros se consumen, es decir, no se devuelven a estas fuentes y por lo tanto no están disponibles para otros usos o para la sostenibilidad de los ríos. Si aplicamos esta cifra a la electricidad generada con el viento en nuestro país nos daría la importante cifra de 72 Hm3 de agua.  
Según la encuesta bianual del consumo de agua en España de AEAS, cada ciudadano de Sevilla gasta una media de 123 litros de agua al día (un noruego, 197 litros), por lo que el consumo total para uso domestico de la ciudad ascendería a 31,5 Hmde agua. Es decir, que en 2012 gracias al viento se ahorró en agua dos veces el consumo de Sevilla.
El valor económico de ese agua, siendo el coste medio  en España de 1,57 €/m, es de 113 M €. Cabe destacar que, según la AEAS,  España es uno de los países con menos recursos hídricos, y sin embargo tiene una de las facturas más baratas de Europa.
Así que vamos a recordar las tres razones por las que a partir de los años 90 se empezó a promover la eólica y le vamos a sumar una cuarta:
-          Para reducir la dependencia energética, que desvía recursos económicos hacía los países productores de combustibles fósiles, imposibilitando su uso en crear prosperidad y empleo en nuestro país.
-          Para mitigar los efectos del cambio climático, causado principalmente por el CO2 que contienen los combustibles fósiles, y no traspasar el umbral de 2ºC de aumento de temperatura global que nos llevaría a escenarios climáticos muy perjudiciales para todo el planeta. También reducir la contaminación convencional local.
-          Para reducir la utilización de recursos finitos y dejar a futuras generaciones un planeta que les permita también a ellas un desarrollo sostenible.
-          La generación de energía eólica no sólo conserva el agua sino que puede ayudar a aliviar la escasez de este recurso.

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viernes, 1 de marzo de 2013

ILUMINAR CASAS CON AGHUA : EL FUTURO YA ESTÁ AQUI

Mejorar la calidad de vida de las personas, facilitando su acceso a fuentes de energía limpias y baratas es posible gracias al desarrollo tecnológico. Hoy en día es posible iluminar nuestras casas con agua.
Iluminar casas con aguaAl igual que la energía hidráulica se aplica para generar electricidad de forma renovable a gran escala, también puede ser aplicado a pequeña escala con grandes beneficios para los usuarios. Ese es el principio que han seguido los desarrolladores de la lámpara hidroeléctrica.
La idea es doblemente interesante ya que permite acceso a energía limpia y barata a través del autoconsumo y, además, no requiere de costosas infraestructuras, sino de adaptar los elementos ya existentes en cualquier vivienda.
Este nuevo sistema consiste en una moldura de vidrio que une las tuberías de agua presentes en una casa. De este modo cada vez que el agua se mueve en estas tuberías, las turbinas se activan. El agua se mueve dentro de los tubos cada vez que los residentes de la casa usan un grifo, una ducha, una lavadora o cualquier otro dispositivo conectado al suministro de agua y produce el movimiento de una micro turbina.
Es precisamente esta microturbina la que finalmente produce la corriente eléctrica que puede usarse para iluminar la vivienda, ya que es enviada a una batería que se encuentra en la unidad de pared de la lámpara. Es este movimiento de la turbina, el que genera la tensión eléctrica. La electricidad generada se almacena en la batería instalada en el interior de la pared. La bombilla se iluminará al usar la electricidad de la batería.
Iluminación eficiente
Una nueva forma de iluminación eficiente y renovable, en un campo en el que el desarrollo tecnológico está consiguiendo grandes avances. No sólo los hogares, sino las empresas y los municipios están descubriendo como pueden ahorrar en el consumo eléctrico y en el mantenimiento de las luminarias, gracias a la adopción de nuevas tecnologías como, por ejemplo, el LED.
Estas soluciones presentan mejores rendimientos energéticos, mejor fiabilidad, y una mayor durabilidad. Mientras las bombillas tradicionales tienen una vida útil muy corta (1.000 horas) los tubos fluorescentes o las bombillas de bajo consumo, superan entre 8 y 10 veces la duración de las incandescentes. Edificios, vías públicas y semáforos son algunos de los ejemplos donde se obtendrían grandes beneficios con la mejora de la eficiencia en la iluminación.
En España existen cerca de 300.000 semáforos cuyo consumo de energía final se estima en 350 gigavatios·hora al año, equivalente a la electricidad que pueden consumir más de 150.000 hogares. Su sustitución paulatina está suponiendo una mejora para los gastos de los ayuntamientos y una mejora de la seguridad vial pues serán más fiables y durarán más. Y la reducción considerable del consumo energético conllevará unas mejoras sustanciales al medio ambiente.

LA HUELLA DE CARBONO, ¿ PODEMOS MEDIRLA?

La Huella de Carbono mide la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto. Calcular la huella de carbono personal va a permitir al ciudadano tener una visión global de su participación en el calentamiento global y tomar conciencia sobre el impacto que tienen sus emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Calcular la huella de carbonoEn España cada ciudadano emite 9,8 toneladas de CO2 al año, una cifra cercana a la media de los países más industrializados, donde se roza las 12 toneladas, según el informe "Evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en España (1990- 2007)", elaborado conjuntamente por el sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.) y la revista World Watch. Un habitante de Mali o Bangladesh apenas emite de media 50 y 300 kilos de CO2 al año, respectivamente, mientras que un estadounidense alcanza las 21 toneladas.
A la hora de calcular la huella de carbono hay que tener en cuenta todas las variables de la vida cotidiana: alojamiento (incluyendo la superficie, el consumo de energía y equipamientos), transporte (kilometraje hecho en coches, motos, vuelos en avión, transporte público, etc.), alimentación (cantidades de carne, pescado, productos lácteos, frutas, vegetales, legumbres, bebidas) y consumo (equipamiento tecnológico, suministros varios, muebles, ropa, entretenimiento, etc.).
Para obtener los datos aproximados de emisiones, Internet pone a disposición de los ciudadanos un gran número de calculadoras de carbono. Algunos ejemplos son los instrumentos online de Carbon Clear, Carbon Footprint, CeroCO2, Reducetuhuella.org o la Calculadora de Huella de Carbono de Twenergy, entre otros. La Organización Internacional de Aviación Civil de Naciones Unidas (ICAO) permite también calcular la huella concreta que los pasajeros dejan en sus vuelos.
Si bien las calculadoras de carbono distan de ser un sistema perfecto, permiten dar una idea de todas las emisiones generadas por una persona o una pequeña organización durante un periodo de tiempo. Con el resultado, el consumidor tiene la opción de compensar su impacto negativo sobre el Planeta incorporando hábitos sostenibles en su vida cotidiana como el reciclaje, el ahorro de agua y energía en casa, la reutilización de bolsas de plástico o la práctica de ecoturismo, entre otras muchas. Para las organizaciones, la huella de carbono representa una medida fundamental que contribuye a la toma de decisiones de prácticas sostenibles y estrategias de reducción más eficaces en la lucha contra el calentamiento del Planeta.