jueves, 25 de octubre de 2012

TRAMITACIÓN DE AYUDA PARA LA PAPA

Ayuda a la producción de la papa de consumo: Hasta el 31 de octubre
Tramitación en las Oficinas de Extensión Agraria y Desarrollo Rural
( TRASERA DEL HOTEL NIVARIA , LA LAGUNA, CERCA PLAZA DEL ADELANTADO)



lunes, 22 de octubre de 2012

QUE LA LEGISLACIÓN DESTINE TIERRAS A LA PLANTACIÓN COLECTIVA!


Mientras más personas vivan en ciudades, es más crítica la posibilidad de obtener alimentos de lugares próximos a los centros urbanos y de reducir los costos de transporte que la lejanía produce. La aplicación de políticas favoreciendo la agricultura urbana, puede proveer a los residentes de comida local saludable.
Por HANNAH OLIVER.
Históricamente la humanidad ha vivido en ámbitos rurales, dependiendo de la agricultura para su supervivencia. Este proceso se revirtió al producirse la Revolución Industrial y las poblaciones se trasladaron de los medios rurales al interior de las ciudades para incorporarse a la naciente industria.
Hacia el 1800 solo el 6% de la población de los EEUU vivía en áreas urbanas. Para el 1900, ya en proceso de industrialización, el 40% de la población vivía en ciudades. Actualmente vive el 80% en ciudades y se proyecta una mayor proporción hacia el futuro.
A medida que más personas se mudan a las ciudades, crecen las necesidades de alimentación. Proveer de comida local para las poblaciones urbanas puede significar beneficios en lo ambiental, económico y en la equidad social para esas poblaciones. La agricultura urbana reduce las distancias entre productor y consumidor, disminuyendo al mismo tiempo los consumos de combustible y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, más dinero queda en la comunidad al reducirse las compras a productores lejanos, aumentan las posibilidades de emplear a personas de poca formación educativa y permite obtener comida fresca y saludable que sería imposible de conseguir en otras circunstancias.
Los beneficios de esta política se extienden a que permiten un mejor manejo de las emergencias económicas y se puede reducir los impactos de las mismas sobre la población, asegurando nutrición de buena calidad. Esto generaría una buena base de resistencia en la población y una mejor oportunidad para encarar etapas positivas cuando la emergencia desaparece. En la actualidad ciudades localizadas en el oeste de EEUU están aplicando estas soluciones de agricultura urbana para paliar las difíciles condiciones de la crisis en desarrollo.
La agricultura urbana aporta en la actualidad (según la USDA) hasta el 15% de la producción mundial de alimentos. La forma mas común de producción en el corazón de las ciudades o en las periferias urbanas es cultivando en los jardines internos. Pero esto no es fijo y la agricultura urbana se extiende por los techos verdes, algunas zonas públicas reservadas para ello, estacionamientos al aire libre, frente a los edificios y en cuanto lugar es posible hacerlo.
En Sacramento en el estado de California o en Seattle en el estado de Washinton (en el Oeste de EEUU) se han modificado las ordenanzas municipales para permitir la agricultura urbana, al mismo tiempo que alientan a la población para que en el largo término se pueda conseguir seguridad alimentaria en base a esta forma de producción.
El Valle Central de California es una región que por su clima moderado y sus fértiles suelos es ideal para el cultivo de frutas y vegetales. En el 2007 se modificó la Ordenanza acerca del uso de los jardines de frente en la ciudad de Sacramento para permitir el cultivo de vegetales y frutas que hasta entonces solo podían cultivarse en los jardines traseros.
Estas modificaciones fueron posibles gracias a la presión de la comunidad organizada en grupos denominados "Ciudadanos para un paisaje sustentable" que durante tres años bregaron por estos cambios hasta conseguirlos. Algunas ventajas extras de estos cambios son el menor uso de agua que la agricultura urbana puede significar según las especies implantadas, frente al consumo que requieren los pastos ornamentales y a la posibilidad de sombrear los frentes de los edificios y disminuir de esta manera el impacto de la radiación solar sobre las viviendas.
En Seattle todo fue mas sencillo. Los propietarios no encontraron obstáculos para cultivar en sus terrenos, en estacionamientos al aire libre e incluso en los laterales de calles y caminos. Todo ello fue convalidado por ordenanzas en el 2009.
Una ordenanza general denominada "Iniciativa local para la acción alimentaria" establece claramente como metas la de favorecer la justicia social, la sustentabilidad ambiental, el desarrollo económico y una mejor preparación para la emergencia, aportando recursos y técnicos para ello.
Es un buen momento para que mas ciudadanos y mas ciudades se plieguen a estas iniciativas de manera que la seguridad alimentaria sea posible en base a la agricultura urbana local para beneficio de toda la comunidad.
Para más información se puede visitar el website de SCOTie. y también: http://sustainablecitiescollective.com/node/64596
Traducción de Eduardo Yarke. Gentileza de David Morillón

FORMAS DE AGRICULTURA ECOLÓGICA EN ESPAÑA, ANDALUCÍA

Agricultura Ecológica, sana y sostenible
Además, esta asociación realiza numerosas actividades, charlas y jornadas para dar a conocer su historia y para fomentar un consumo sostenible. Ayer organizaron las I Jornadas de Alimentación y Salud
ENVIADO POR: JUANDE D. FERNÁNDEZ. DELEGADO DE GREENPEACE EN ANDALUCÍA. @JUANDE_FDEZ, 22/10/2012, 12:31 H | (57) VECES LEÍDA
En Cabra, provincia de Córdoba, cerca del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, hace más de tres años, un grupo de productores y de consumidores decidieron unirse para fomentar la producción y el consumo de productos ecológicos. Para ello crearon laAsociación Subbética Ecológica, donde productores ecológicos entran en contacto directo con los consumidores, generando redes de distribución más cortas y más justas para ambos, lo que supone una mejora de la economía local.

Además, esta asociación realiza numerosas actividades, charlas y jornadas para dar a conocer su historia y para fomentar un consumo sostenible. Ayer organizaron las I Jornadas de Alimentación y Salud, en las que tuve la oportunidad de participar junto a la Doctora Rebeca Ruiz, médico especialista en aparato digestivo, y la Doctora Pilar Muñoz, médico especialista en medicina ambiental y Presidenta de la Fundación Alborada. Durante estas jornadas se habló de los daños que generan en el organismo la gran cantidad de sustancias tóxicas a las que estamos expuesto a través de los cosméticos, la ropa, los plásticos y por su puesto de la alimentación.

Cada día son más las personas que sufren de Sensibilidad Química Múltiple,  enfermedad causada por exposición a agentes químicos, aunque aún no está reconocida por la Organización Mundial de la Salud. La Doctora Muñoz contó como muchos pacientes mejoraban al cambiar de estilo de vida, incrementando el contacto con la naturaleza, usando productos naturales y por supuesto comiendo productos ecológicos.

También en estas Jornadas se hablo de la agricultura con transgénicos como la antítesis al modelo de agricultura social y ecológica que tantos beneficios está produciendo en la zona. Los transgénicos incrementan el uso de agroquímicos, generan dependencia de los agricultores a grandes multinacionales, contaminan genéticamente cultivos tradicionales y un sin fin de impactos socioeconómicos, ambientales y sanitarios. Todo esto pone de manifiesto que los transgénicos no son la solución a los problemas que padecemos actualmente ni a los que nos enfrentaremos en un futuro cercano. Hemos de apostar definitivamente por la única solución viable, la agricultura ecológica.

Afortunadamente, cada día son mas las cooperativas, colectivos, asociaciones … en las que, evitando intermediarios, se ofrecen productos ecológicos y sanos a buen precio, a la vez que se mejoran las condiciones a los agricultores. Por todo ello, la agricultura ecológica supone una “puerta a la esperanza”, frase con la que concluyeron las jornadas. Una puerta a la esperanza de miles de personas que están afectadas por el uso de herbicidas, pesticidas y abonos químicos en el campo. Una puerta a la esperanza de agricultores, generando un tejido productivo en zonas rurales, bajo unas condiciones dignas. Y una puerta a la esperanza de nuestro planeta que necesita un cambio en la forma en que producimos nuestros alimentos.